Los rincones

Un paseo por nuestros rincones cargados de historia… que deseamos compartir.

El Mesón

El Ermitaño nació como mesón y evolucionó hasta lo que hoy en día conocemos. Además de darnos la bienvenida al restaurante, este comedor es el encargado de recordarnos esos orígenes. Lugar que conserva su aspecto inicial, y donde podemos degustar raciones con el sabor más tradicional.

Los Abuelos

Fiel reproducción del comedor familiar del que disfrutaban los abuelos maternos de Pedro y Óscar. A través de sus paredes podemos hacer un recorrido fotográfico de la historia de Moratones de Vidriales, pueblo de sus antepasados.

La Enoteca

Este pequeño reservado nació con la idea de rendir homenaje, como su nombre indica, al mundo del vino. En toda buena mesa que se precie es inevitable la presencia de un buen caldo. Y hoy en día es imprescindible un maridaje perfecto entre un plato y un vino.

La Buhardilla

En la última planta del El Ermitaño, nos espera este amplio espacio abuhardillado, para arroparnos con su cálida madera y brindarnos la oportunidad de realizar la sobremesa. Un lugar que nos da la opción de relajarnos tomándonos un café o una copa, y abandonarnos a las inevitables tertulias que surgen tras una buena comida.Sus características hacen que este lugar sea el escenario elegido por varios artistas, para deleitarnos con su trabajo. Así pues, varias noches al año, está preparada para recibir diversas actuaciones, dando como resultado unas veladas inolvidables.

El Desván

Cuando las circunstancias climatológicas lo exijan, la alternativa es El Desván, pista de baile interior, con acceso directo a la pista exterior. Un lugar para concluir distendidamente un día perfecto.

La Ermita

Adosada a la casona encontramos esta pequeña joya arquitectónica del siglo XVIII. Lugar de culto y recogimiento para los antiguos moradores. La fachada principal nos recibe mostrando orgullosa las vidrieras que componen un hermoso rosetón. El muro lateral que mira hacia el mediodía, está custodiado por el escudo de los primeros propietarios, datado en 1773. El interior puede ser admirado desde la galería de los comedores, la cual conduce directamente al coro, desde donde vemos a una hermosa Inmaculada, en cuyo honor está erigida la ermita.

Hortensia y Manuel

Estos dos pequeños comedores fueron pasto del fuego en aquel fatídico incendio ocurrido en el año 2000. Fueron reconstruidos respetando su originalidad, y qué mejor homenaje por parte de Pedro y Óscar hacia sus progenitores, que bautizarlos con sus nombres.Dos espacios verde esperanza y bronce, unidos entre si por un gran arco, y que nos recuerdan cada día el tesón de dos hermanos que lucharon porque todo siguiera igual.

El Huerto

La huerta benaventana ha sido siempre motivo de honra para la villa, su emplazamiento a la vera de varios ríos hacen de su comarca una de las más fértiles de la provincia. Pequeña muestra de ella es el huerto de El Ermitaño. Todo gran cocinero ansía tener ingredientes naturales al alcance de su mano, y Pedro y Óscar no podrían ser menos.

El Vestíbulo

El vestíbulo sirve como nexo de unión entre los comedores de carta y la zona de eventos. Un espacio desde el cual tenemos una hermosa vista de las distintas plantas que componen El Ermitaño y sus galerías.

El Salón Medieval

El salón Medieval tiene una capacidad 300 personas. Está pensados para que los novios desde su atalaya, puedan ver a todos sus invitados. Sus grandes ventanales llenan de luz su amplio espacio, a la vez que permiten unas preciosas vistas de la zona de aperitivos y del jardín. El lugar perfecto para acoger todo tipo de acontecimientos, bien sean, bodas, comuniones o cenas temáticas, como la que se celebra todos los años por San Valentín.

La Biblioteca

El amarillo cálido de sus paredes, su chimenea y sus estanterías repletas de libros, son los ingredientes necesarios para que sea el comedor más acogedor de El Ermitaño. La biblioteca tiene su sitio para recordar el largo camino recorrido por Pedro y Óscar a través de páginas de libros como estos, para llegar al reconocimiento del que disfrutan hoy en día.

El Salón Hidalgo

El salón Hidalgo con capacidad para 100 personas o bien una gran mesa imperial hasta 50 personas, el lugar perfecto para acoger todo tipo de banquetes familiares o reuniones de empresa, en un ambiente privado y acogedor.

El Jardín

El Ermitaño exhibe con orgullo su jardín. Paseando por sus senderos descubrimos un hermoso estanque flanqueado por diversas especies de árboles y plantas. Presidiendo este pequeño oasis, encontramos el cenador, apto para celebrar enlaces o cualquier tipo de evento. La amplitud de este espacio natural, permite separar mediante mesas temáticas, la degustación de las pequeñas miniaturas gastronómicas que componen el aperitivo, preludio de cualquier gran celebración. El Ermitaño nos permite además ser testigos en directo del arte de cortar jamón, y nos desvela algún que otro secreto, realizando platos in situ.

La Pista de baile

Una vez terminados los formalismos de la celebración, llega el momento de eliminar las tensiones acumuladas durante el día. Para ello, El Ermitaño cuenta con una pista de baile exterior, construida sobre un paraje natural, amparada por almendros y pinos centenarios, apta para los días más cálidos del año. La pista, rodeada por una serie de mesas y bancos que armonizan perfectamente con el entorno, está presidida por el escenario, el cual permite la opción de disfrutar de música en directo.